Mientras recibíamos el segundo milenio, en Santiago había un florecimiento de las artes escénicas. El teatro callejero, la danza y diversas técnicas circenses saltaban a la vista. El Parque Forestal se llenaba de malabares, tambores y fuego, se organizaban las primeras convenciones de circo y arte callejero, y surgían importantes proyectos de circo social.
En este contexto nacía el Taller Aéreo La Reina, dos amigos recién egresados de la Escuela Internacional del Gesto y La Imagen – La Mancha, construían a reciclaje una carpa para la investigación y formación de disciplinas aéreas, que de a poco fue despertando el interés de entusiastas alumnas y alumnos.